martes, 4 de diciembre de 2012

Miles de hinchas del Pachuca despiden entre lágrimas a Miguel Calero

La vida del hijo ilustre de Ginebra, Valle, se apagó luego de que en la noche del lunes los galenos que lo atendían en el Hospital Médica Sur de Ciudad de México informaron que el portero tenía muerte cerebral, la cual se produjo tras una nueva trombosis. Las esperanzas, aunque las había, eran pocas. 

En las emisoras nacionales el doctor Édgar Nathal, quien estuvo a cargo del cuidado del exarquero de la Selección Colombia, daba cuenta de las condiciones reales de Calero. Las explicaciones del especialista fueron, para algunos, mensajes como de preparación para la partida del ídolo que hizo vibrar a millones de fanáticos con sus atajadas de fantasía o con las jugadas ofensivas que terminaban en goles. 

Su fallecimiento conmocionó el mundo deportivo no sólo de México y de Colombia, sino de varias partes del mundo que conocieron del talento del meta nacional, así como de su gran personalidad. Las redes sociales, además, se inundaron de mensajes lamentando la muerte de Miguel 'Show' Calero. 

La trayectoria de un grande

Miguel Calero nació hace 41 años en Ginebra, Valle del Cauca. Su carrera de 22 años en el profesionalismo se inició desde muy temprana edad, cuando se vinculó a las filas de las divisiones menores del Deportivo Cali. Sin embargo, debido a las pocas posibilidades de subir al equipo grande, buscó otros horizontes y a los 16 años hizo parte de la plantilla del desaparecido Sporting de Barranquilla. 

En el club de la Arenosa debutó oficialmente el 18 de abril de 1990, allí obtendría el apodo que lo acompañaría por el resto de su carrera, el 'Show'. El mote se lo ganó gracias al 1,90 de estatura y a un físico envidiable para cualquier guardameta y más que todo por su estilo debajo de los cuatro palos que contenía un sinfín de voladas, sin importar la peligrosidad de los disparos. 

A pesar de que debutó en el Sporting, su corazón siempre estuvo en el equipo que lo formó como jugador y un año después de que hizo su debut volvíó a las filas del conjunto azucarero, donde a base de dedicación y arduo trabajo junto al célebre entrenador de arqueros Carlos Portela obteuvo la titularidad en detrimento del recordado arquero boliviano Carlos Trucco. Los técnicos que le dieron el voto de confianza fueron Jorge Luis Pinto y luego el peruano Miguel Company. 

De ahí en adelante empezó el recorrido de Calero por las canchas colombianas, su retorno al deportivo Cali lo catapultó a la selección que participó en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 en calidad de suplente. 

Y es que la suplencia quizá fue el único de los escollos con los que tuvo que luchar durante toda su carrera. A pesar de ser un indiscutible en su club, Calero hizo parte de una generación de grandes arqueros como Eduardo Niño, René Higuita, Óscar Córdoba y Farid Mondragón; esto llevó a que su participación en selecciones Colombia fuera bastante resistida a pesar de sus grandes actuaciones en el rentado nacional. 

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